viernes, 5 de febrero de 2010

Teoría del desarrollo capitalista. 3. El problema del valor cuantitiativo

Segun Sweezy, el trabajo ha de aplicarse en cada sociedad a la producción y los productos deben ser distribuidos entre los miembros de la sociedad. Esto sería algo que se daría en todas las sociedades, entonces, lo que cambia en el curso de la historia es la forma de organizar y llevar a cabo esas actividades. La necesidad de distribuir este trabajo social se manifiesta en el cambio privado o valor de cambio de los productos.

Para Marx, existe una correspondencia entre las proporciones del cambio y las proporciones del tiempo de trabajo. De esta manera, a la hora de dar valor, debe tomarse en cuenta sólo el trabajo que es socialmente necesario, es decir, necesario en las condiciones sociales existentes, con las condiciones normales de producción y con el grado de habilidad medio. Asimismo, el trabajo más cualificado que el trabajo simple, debe tener correlativamente una mayor capacidad de producir valor. Entonces, esto se traduce en que la relación entre ambos tipos de trabajo, tanto el cualificado como el simple, son teóricamente susceptibles de medición independientemente de los valores de mercado de sus productos.

Pero también hay que tener en cuenta, el caso de si la diferencia entre dos obreros se basa en el adiestramiento recibido, ya que en el caso de que esto fuese así, el trabajador no sólo emplearía su trabajo, sino también parte del trabajo de los que le han enseñado. En este caso, ese doble trabajo debe hacerse notar en el valor del producto final.

La relación que ha de establecerse entre el trabajo y el valor de los productos ha de guardar un cierto equilibrio. De esta manera, además tanto la oferta como la demanda se equilibran, pero esto sólo ocurre si ambos operan libremente en el mercado. Si tenemos en cuenta esto, sucede que la teoría del trabajo y el valor de los productos pueden no ser tal y como se nos presentan, ya que actuarían de forma contraria dentro del propio mercado.

La relación existente entre la oferta y la demanda explica entonces; por una parte, las desviaciones de los precios de mercado, y por otra, la tendencia a hacer fluctuar estas desviaciones, es decir, a suspender el efecto de la relación de demanda y oferta. En el caso de que la oferta y la demanda se equilibren, el precio de los productos coincidirán con su valor real, pero si se producen desequilibrios, no habrá coincidencia. El equilibrio económico vendrá basado en la información que tengamos sobre el costo relativo en trabajo y sobre la intensidad relativa de la demanda de un trabajo u otro.

A Marx se le acusa de haber ignorado el papel de la demanda, este punto carece de importancia en la medida en que la discusión se limita a las proporciones del cambio en una sociedad de producción simple de mercancías, pero cuando se concibe para una forma más amplia de producción, ahí si es necesario conocer tanto la proporción del cambio como la distribución del trabajo, siendo necesario contar con las dos clases de información que proporcionan ese equilibrio.

En cuanto al valor de uso de las mercancías individuales y el valor de uso de la masa social de productos, Sweezy se refiere a que existen diferencias, ya que en las primeras dependerían de la necesidad particular que cada una satisface; y las segundas de la medida en que se satisface una necesidad social determinada de cada clase particular de producto. Por lo tanto, la necesidad social, es un factor determinante de la cantidad de trabajo social que deben suministrar las diferentes esferas particulares.

A la hora de examinar el reconocimiento que Marx hacía a cerca del papel que jugaba la demanda en determinar la asignación del trabajo social, se plantean dos cuestiones ¿por qué le dio un espacio tan breve dentro de su teoría? y ¿por qué no elaboró una teoría de la opción de los consumidores? Se plantean dos razones, en primer lugar bajo el capitalismo la demanda efectiva es sólo parcialmente una cuestión relativa a las necesidades de los consumidores, y en segundo lugar, está la cuestión básica de la distribución del ingreso, que a su vez es un reflejo de las relaciones de producción o estructura de clase de la sociedad. No hay que olvidar que la demanda social está esencialmente condicionada por las relaciones mutuas de las distintas clases económicas y sus posiciones económicas relativas, es decir primero por la proporción entre la plusvalía total y los salarios, y segundo por la división de la plusvalía en sus diversas partes.

Para Marx los gustos de los consumidores juegan un papel importante a la hora de determinar la asignación de los esfuerzos productivos, aunque no los considera del todo relevantes. Esto se debe a que pensaba que las necesidades, son un reflejo del desarrollo técnico y organizacional de las sociedades. Por eso no es la conciencia de los hombres la que determina su existencia, sino que, por el contrario su existencia social determina su conciencia.

Sweezy dirá que en cuanto a la ley del valor de Marx resume las fuerzas actuantes en una sociedad productora de mercancías que regula, siendo éstas:

1. las proporciones del cambio de mercancías
2. la cantidad producida de cada una
3. la asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de la producción.

Según esto, una sociedad de productores privados que satisfagan sus necesidades por el intercambio mutuo sería la condición básica para la existencia de una ley del valor. Convirtiéndose en una teoría de equilibrio general desarrollada en primer término con referencias a la producción simple de mercancías y adaptada después al capitalismo. Con esto, podemos decir que no sólo en una sociedad que se dedique a producir mercancías es una sociedad desestructurada, sino que también existe un orden.

En cuanto a la ley interna del mercado Sweezy se refiere a que se cumple por medio de la competencia entre los productores, por la presión mutua que ejercen entre ellos, presión a través de la cual se consigue el equilibrio. La ley del valor pierde su importancia, el principio de planeación le sustituye.

En la economía política de una sociedad socialista la teoría de la planeación debería ocupar la misma posición básica que la teoría del valor en la economía política de una sociedad capitalista. El precio según Marx, sería tan sólo la expresión monetaria del valor.

A la hora de hablar de precio de monopolio, queremos decir en sentido general un precio determinado por el deseo de adquirir de los compradores y por su solvencia, independientemente del precio, que es determinado por el precio de producción general y por el valor del producto. Por lo tanto, la demanda adquiere una significación especial, ya que el control de la oferta por el monopolista le permite aprovecharse de las condiciones de la demanda. Este es un punto importante, ya que las relaciones de valor cuantitativo sí son perturbadas por el monopolio, pero las de valor cualitativo no. Podemos seguir midiendo y comparando mercancías y conjuntos de mercancías en términos de unidades de tiempo de trabajo, incluso habiendo una situación monopolista.

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