viernes, 5 de febrero de 2010

Teoría del desarrollo capitalista. 6 y 7.

6. La tendencia descendente de la tasa de ganancia

Sweezy presenta en este capítulo la Ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia que formuló Marx.
Según Marx, la acumulación del capital va acompañada por una mecanización progresiva del proceso de producción, la misma cantidad de trabajo, con un equipo más preparado, puede rendir más y generar así un aumento de los beneficios, esto implica que la productividad del trabajo crece de forma continuada.

Para Marx, la fuerza impulsora de la producción en el sistema capitalista es la tasa de ganancia, siendo importante tener en cuenta que la composición orgánica del capital crece también sostenidamente. De ahí derivó Marx su “Ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia”.

Si la tasa de la plusvalía es constante, la tasa de ganancia varía en sentido inverso a la composición orgánica del capital, pero esto puede simplemente una tendencia ya que los cambios son imprevisibles y pueden variar los efectos sobre los mismos.
Hay una serie de obstáculos internos opuestos al desarrollo de la producción capitalista, como expuso Marx, una composición orgánica ascendente del capital expresa la creciente productividad del trabajo; y la tasa descendente de la ganancia que la acompaña tiene que cerrar al fin los cauces de la iniciativa capitalista.

Marx se centra en cinco de las seis causas que contrarrestan la “Ley general de la tasa descendente de la ganancia”, siendo estas:

- Abaratamiento de los Elementos del Capital Constante: El uso creciente de maquinaria eleva la productividad de trabajo, lo que disminuye el valor por unidad del capital constante.

- Aumento de la Intensidad de Explotación: Se trata de producir más en menos tiempo a través de los mecanismos de acelerar y estirar la jornada, elevando así la tasa de ganancia.

- Depresión de los salarios más abajo de su valor: Aunque esto está más determinado por el mercado que por los capitalistas.

- Sobrepoblación relativa: La existencia de trabajadores desocupados conduce a la creación de nuevas industrias con una composición orgánica del capital relativamente baja y una tasa de ganancia relativamente alta.

- Comercio exterior: Abarata la adquisición de materias primas y artículos necesarios, frente a la producción nacional.

Como ya se ha dicho, las fuerzas actuantes sobre la tasa de ganancia pueden resolverse mediante una fórmula con dos variables, la tasa de ganancia y la composición orgánica del capital. Una composición orgánica ascendente del capital va unida con la creciente productividad del trabajo, y la productividad ascendente suele implicar una tasa más alta de la plusvalía. Un ascenso en la composición orgánica del capital significa un aumento de la productividad del trabajo.Por todo esto, podemos afirmar que una productividad creciente del trabajo va ligada a un abaratamiento del trabajador y por consiguiente una tasa más alta de plusvalía. Un ascenso en la composición orgánica del capital significa necesariamente un aumento en la productividad del trabajo. De este modo, Marx expone que una más alta productividad va acompañada de una tasa más alta de la plusvalía, y es que, el proceso capitalista de producción es esencialmente un proceso de acumulación.

A pesar de todo lo dicho anteriormente, no hay ninguna suposición general de que los cambios en la composición orgánica del capital sean relativamente tan superiores a los cambios en la tasa de la plusvalía y que los primeros dominarán los movimientos en la tasa de la ganancia. Por esta razón, la formulación de la ley de la tendencia descendente de la ganancia formulada por Marx no es muy convincente. Esto no quiere decir que no exista una tendencia de la tasa de la ganancia a descender como un rasgo básico del capitalismo, como ya apuntaban otros autores clásicos además de Marx.Una cosa es segura, y es que el aumento de la composición orgánica del capital tenderá a restablecer la tasa de la plusvalía, y así, a acrecentar el volumen de la plusvalía mas allá de lo que este hubiera sido en ausencia del aumento de la composición orgánica del capital.

Es importante destacar también la existencia de otras fuerzas que son significativas a este respecto y que pueden ser clasificadas en:

1 Fuerzas que tienden a deprimir la tasa de la ganancia: Los sindicatos, donde los trabajadores en reserva se vuelve el principal obstáculo para los trabajadores que quieren beneficiarse del desarrollo industrial. La acción del estado en beneficio de los trabajadores, con leyes que benefician a los trabajadores.

2 Fuerzas tendientes a elevar la tasa de la ganancia: Organizaciones patronales, que actúan para mejorar la posición contractual del capital frente al trabajo, ejerciendo así una influencia ascendente en la tasa de la ganancia. Exportación del capital, que sirve para mitigar la presión sobre el mercado de trabajo doméstico e impide la depresión sobre la tasa de la ganancia. Formación de monopolios, creados por los capitalistas para aumentar sus ganancias. Acción del estado en beneficio del capital. Tienen el efecto de elevar la tasa de la ganancia general.


7. La naturaleza de las crisis capitalistas

En este capítulo Marx habla sobre las crisis económicas. Comienza explicando una transición de las formas de transacción del trueque M -M (Mercancía contra Mercancía), a una forma de cambio M – D - M (Mercancía contra dinero y dinero contra mercancía), en las condiciones de una economía desarrollada. Con la aparición de la moneda, le permite al productor vender su producto cuando esté acabado y con el dinero obtenido invertirlo o gastarlo en lo que necesite o le apetezca. De este modo se ahorra tiempo y ayuda a la especialización, que es la base de la productividad incrementada.

Este medio de cambio privado introduce la posibilidad de crisis de naturaleza “maquiavélica” nunca antes sospechada en una economía simple, trabajo organizado y productos compartidos bajo la dirección de un solo ente, de una sola autoridad. Si por alguna circunstancia fallase un comprador-vendedor, se produciría una crisis en cadena pudiendo afectar a toda la economía. La consecuencia real es que coinciden en el mismo espacio y tiempo existencias de mercancías no vendibles y necesidades insatisfechas. Los productores han producido más de lo que puede vender y como resultado se depara, una crisis de sobreproducción. Contradictoriamente la sobreproducción no es la causa de la crisis, sino la consecuencia de ella. Habría que estudiar en que momento y por qué circunstancias la cadena compra-venta es interrumpida.

Los economistas clásicos no fueron capaces de diferenciar entre la producción simple de mercancías y la producción capitalista, y sus teorías fueron aplicadas de forma equivocada. La ley de Say soporta la idea de que no puede interrumpirse la circulación M – D - M, y por esa misma dinámica no puede haber crisis ni sobreproducción. Y es por ello que se tiene la falsa idea de que la crisis y la sobreproducción son incompatibles en ambos tipos de producción. Marx rechaza esta idea afirmando que en la cadena de compra-venta, uno no tiene ninguna obligación a comprar por el hecho de haber vendido. Aquí se produciría la interrupción del ciclo M – D - M siendo el posible origen de una crisis. La venta y la compra están separadas en tiempo y espacio. El dinero es el medio por el cual el cambio se divide en dos transacciones separadas y distintas:la venta y la compra.

Por esto mismo, porque son dos procesos, alguno puede fallar interrumpiendo así el ciclo deparándose una crisis.
La forma de circulación M – D - M, que es la habitual, se convierte bajo el capitalismo en D – M - D.En la primera forma, en la producción simple de mercancías, el objetivo de cambio es el valor de uso y no el aumentar el valor de cambio, es producir para el consumir. Sin embargo en la segunda forma, tanto la “D” primera como la “D” final representan el valor de cambio, y el objetivo real es incrementar ese valor.
Lo cual no significa que el modelo de circulación M – D – M vaya a dejar de existir, ya que la mayoría de los trabajadores asalariados participan en ella, con lo que ello comporta (incremento del valor de uso). Resulta una equivocación pensar que el obrero tiene un deseo natural de obtener cada vez más ganancia (de acumular).

En la relación entre D – M - D y el problema de la crisis, hay que tener claro que el interés real del capitalista es elevar la tasa de ganancia (incremento del volumen de “D”, respecto a la cuantía del capital original). En lo referente a la posibilidad de crisis no hay diferencia entre la producción simple de mercancías la referida a M – D - M y la del capitalismo D – M - D. Las operaciones de compra-venta, afectan en ambos casos al proceso. La diferencia existente está en que puede desaparecer la tasa de ganancia o volverse negativa, por lo que el incentivo de la producción capitalista dejara de existir. También puede ocurrir, que se produzca un descenso de la tasa y que los capitalistas reduzcan el número de sus operaciones lo bastante como para producir una crisis.

En esta situación, el capitalista debe elegir una de dos opciones: introducir más capital a la circulación o conservarlo, aunque no tardando tendrá que usarlo reinvirtiéndolo para continuar siendo un capitalista. Lo que ocurre es que ese aplazamiento de disponibilidad de capital en el sistema habrá producido una interrupción y provocado seguramente una crisis de sobreproducción. Por lo que, es incierto que la tasa de ganancia deba desaparecer o volverse negativa para que se produzca una crisis; sólo con el descenso de la tasa de ganancia puede ser lo suficiente para interrumpir el proceso de la circulación y por tanto dar lugar a una crisis.

Existen dos tipos de crisis: las relacionadas con el descenso de la tasa de la ganancia y la crisis de realización (realización de valor). Desde un punto de vista de análisis causal, los dos tipos de crisis plantean varios problemas. En un caso tiene que ver con movimientos en la tasa de la plusvalía y en la composición del capital, quedando intacto el sistema de valor. En el otro caso, tenemos que ver con fuerzas no especificadas que tienden a crear un déficit general en la demanda de mercancías, en el sentido de ser insuficientes para adquirirlas todas con una tasa de ganancia satisfactoria. El detonante de la crisis en ambos casos es un descenso en la tasa de la ganancia. Lo que subyace al descenso en la tasa de ganancia en un caso, requiere un análisis muy distinto del que requiere lo que produce el descenso en la tasa de ganancia en el otro.

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